soñar no cuesta nada

siempre miraba en la puerta
en el suelo a la entrada
por si había algún papelito
por si se te había ocurrido pasar
por si habías sentido la necesidad de pasar
y siempre que volvía de Viña
tenía el sueño de encontrarte ahí
sentada en la puerta
sentada en la escalera
y siempre te saludaba
y así me aliviaba,
en una ínfima medida me aliviaba.

también cuando los perros ladraban mucho
pensaba que eras tú
que podías ser tú
porque así le ladran los perros a las personas que no conocen
y el viento en las ramas del damasco
y en las hojas
y el viento en las plantas
también eras tú
también podías ser tú
y los perritos que vienen a pedir cáscaras de queso
también podías ser tú
pero nunca fuiste tú

nunca en ninguno de estos casos fuiste tú
siempre fue el viento
y los perritos
y los pasos de otras personas
y los ladridos para otras personas
y ya no te confundo con los pies de los perritos
y ya no te confundo con el viento entre las ramas
y ya no te confundo con el viento entre las hojas
y ya no te confundo con el viento entre las plantas
y ya no te confundo conmigo
y ya no me confundo contigo
y ya no nos confundo a los dos

si pudiera

me iría a horcón unos días con un par de amigos buena onda

me olvidaría en dos segundos de toda la gente y circunstancias pencas del último tiempo

dejaría de perder personas como se pierden los pinches para el pelo o las monedas de cinco pesos

escribiría hueás más interesantes que mis ataques diarios de pena compulsivos y adolescentes

sacaría quinientas fotos y las pegaría en mi pared

imaginaría muchísimas maneras de poder evitar que todo esto me pase otra vez

.-

parece que hay momentos en la vida en que te cansas. te cansas de poner cara de buena onda, te cansas de buscar a la gente, te cansas de ser siempre quien equilibra la balanza, te cansas de tener una y otra vez las mismas conversaciones que no llevan a nada porque no te están escuchando de verdad.

quizás me estoy esforzando muy poquito, quizás no me estoy esforzando nada en realidad. pero así es no más, todos cambiamos, todos nos cansamos.

días que terminan como el pico

no sé porqué no he aprendido que hacer planes no es algo permitido para mí. siempre pongo todas las cosas en el mejor escenario, tengo una imaginación demasiado ambiciosa en relación a las posibilidades reales de que todo lo que pienso se concrete alguna vez. confío mucho en las buenas intenciones de la gente y termino desilusionada todas las noches cuando apago el computador. me está matando ser así. me caigo muy seguido de mi nube estúpida, ingenua, estúpida nube y nadie, nadie viene a recogerme. gente egoísta. me van quedando muy poquitos de los buenos.

ron

desperté tratando de borrar las evidencias de una noche de carrete. nada estaba en su lugar y me dolía la cabeza. tenía caña, pero no de esas terribles de otras veces. había sido una noche piola, entrete y necesaria. una de esas en que un par de copetes fomentan la sinceridad y disminuyen los minutos del teléfono. si no pude decir ciertas cosas esa noche en que todo era perfecto para hacerlo, entonces debe ser porque no, no más. si me quedé dormida antes de presionar enviar, debe ser porque, aunque casi todos los días lo niego, parece que sí tengo algo de suerte y no todo lo que hago tiene que ser tan dramático. menos mal.

tengo que tener buena memoria

tengo rabia y espero que esta vez no se me olvide.

hay gente penca no más, aunque a veces lo disimulen bien

ésta canción no me debería dar pena

pero casi todo me da pena. no sé qué tan normal o anormal sea eso. pero es lo que hay