domingo, 31 de octubre de 2010

¿sabías que...?

- esta semana cerré facebook unos días (porque odio al mundo a veces)
- pseudotrabajé y tuve mucho sueño por lo mismo (el jueves me levanté a las 03:45 am)
- me corté las puntas del pelo y no sucedió nada terrible (sólo que no alcancé a devolver las tijeras a su dueña)
- hubo sol, lluvia, viento, granizos sobre mi cabeza (fin del mundo coming soon)
- fui al carnaza y lo encontré ahí no más (el del viernes)
- tuve pena en las noches, y algunas mañanas (también un par de tardes)
- tomé harta chela, algunas veces bien helada y otras no tanto, como la de hace un rato (me gusta mucho la chela)
- completé unos 15 días de un resfrío de la puta madre (puaj)
- caché que estamos todos demasiado lejos como para encontrarnos igual que antes (sin comentarios)
- teniendo en cuenta algunos de los puntos anteriores puedo agregar a esta lista que
- me sentí un poquito más grande a ratos (después caché que en realidad es muy de pendeja tonta asociar la adultez a puras hueás fomes y tristes)

sábado, 23 de octubre de 2010

inoportuna

No hay nada más en mi cabeza que la última frase insípida que te dije antes de que la vida se nos fuera a la mierda. Por ahora, no encuentro la forma de explicarle a nadie como es que el eco de esas palabras me hace sentir todos los días. Esta actitud de odio hacia un gran porcentaje de lo que me rodea no solía ser una característica mía, y ahora paso la mayor parte del tiempo considerando que todo a mi alrededor es una soberana ridiculez, y que la gente se anda quejando por puras tonteras y vanagloriándose de acciones cada vez más insignificantes.

En las últimas semanas este avión ha ido aterrizando forzosamente en un lugar al que jamás pensé llegar. Yo juraba que ya había puesto los pies en la tierra, pero ciertamente los pensamientos y las angustias tienen su propio ritmo, y dentro de toda la vorágine éste tiende a ser prudente en comparación a como se desordena todo en la cabeza cuando hay más tiempo y calma.

Parece que voy caminado hacia atrás, porque ahora es cuando yo aparezco con mis dudas sobre el futuro y con los llantos camuflados; ahora es el momento en que me doy cuenta de verdad que nada va a volver a ser siquiera parecido a antes, que ya no tengo a quien contarle mi día cuando llego chata a la casa, que nadie me espera con pan con palta y que cuando estoy resfriada ya nadie me preparará una sopa que me alivie. (Soy muy inoportuna).

Que estemos juntas ahora es algo por lo que siempre estaré agradecida; es sólo que las diferencias entre lo que fue y lo que es, se me hacen cada vez más insoportables y dolorosas. Tener ganas de llorar con cada abrazo es una experiencia demasiado fuerte, sobre todo cuando no sabes por cuanto tiempo se prolongará ese sentimiento tan raro y horrible.

Y es a esta hora cuando todo se intensifica, cuando llevo todas mis penas a dar hartas vueltas por mi mente atolondrada, para finalmente llegar a la conclusión de que eso que siento es casi lo mismo que me pasó a los tres años cuando confundí a mi mamá con una señora que usaba una chaqueta del mismo color a la suya. Confiadamente le di la mano, pero cuando miré hacia arriba y me di cuenta de que no era quien buscaba, sentí el miedo más grande de todos los tiempos. Por supuesto, no pasaron más de cinco segundos hasta encontrar el rostro de quien quería en medio de la locura de esa zapatería, le sonreí, la abracé y todo volvió a la normalidad.

Ahora es igual, el mismo miedo, la misma angustia; sólo que esos 5 segundos están formando una cadena constante de tiempo que me obliga a reconocer indeclinablemente que nunca antes me había sentido tan desprotegida y sola en este puto sitio, y que la normalidad ahora está realmente lejos, muy lejos de aquí.

jueves, 21 de octubre de 2010

nadie me pregunta nada cuando llego a la casa. al final del día a nadie le importa si fue uno malo o bueno, si me eché un ramo o me llamaron de una pega, si tengo algo que contar o no. a nadie.

domingo, 10 de octubre de 2010

2011

quizás el problema con este año radica en que nunca le tuve ni una pizca de fe. estaba tan desanimada y triste como una canción de radiohead hacia finales del 2009, y jamás tuve ningún pensamiento positivo sobre el futuro año. y aunque es obvio que el switch ni la suerte cambian automáticamente cuando dan las 00:00 del 1 de enero, un poquito de predisposición a que las cosas resulten mejores, puede ayudar. efectivamente, esa negatividad que arrastré no hizo más que perpetuarse y hacer del 2010 la peor hueá. tan, tan malo ha sido que lo único que quiero es que termine. ahora sí me estoy poniendo las pilas y quiero hacer de los próximos días algo más bonito para contar, para vivir. let's go

domingo, 3 de octubre de 2010

life

¿qué haría yo los domingos sin jorge gonzález o jorge drexler?

te amo, mamá