domingo, 9 de noviembre de 2008

Como ahora

A todos nos pasa. Cuando queremos dormir tranquilos y de repente escuchamos ese maldito sonido: las manecillas del reloj avanzando mecánicamente y moviéndose de la forma más terrible, retumbando en nuestros oídos y acrecentándose con cada segundo. Mientras más quieres que el ruidito desaparezca, más lo oyes y lo oyes ... y lo oyes. Te exaspera. Y piensas en qué momento tu atención se desvió hacia algo tan insignificante, si estabas tan bien sin oírlo! Supongo que pronto se le acabará la pila a este asunto y todo volverá a ser tan tranquilo como antes. Espero.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

sácale las pilas no más, no esperes a que se acaben